18 de agosto de 2008

Cuentos antes de dormir

Famina Famosina era un niña muy popular en su colegio. Era ingeniosa y divertida, y no se llevaba mal con nadie. No era casualidad que Famina fuera popular: desde pequeñita se esforzó en ser amable y saludar a todo el mundo, invitaba a toda la clase a su cumpleaños, y de vez en cuando llevaba regalos para todos. Era una niña muy ocupada, con tantos amigos, que casi no tenía tiempo más que para estar un ratito con cada uno, pero se sentía la niña más afortunada, sin ninguna duda era la niña con más amigos del cole y del barrio. Pero todo cambió el día que celebraron en el colegio el día del amigo. Aquel día estuvieron jugando sin parar, haciendo dibujos y regalos, y al final del día, cada uno hizo tres regalos a sus tres mejores amigos. Famina disfrutó eligiendo entre tantísimos amigos como tenía, pero cuando todos habían terminado y habían entregado sus regalos, ¡Famina era la única que no tenía ninguno!
Famina se llevó un disgusto terrible, y estuvo durante horas llorando sin parar "¿cómo era posible?", "¿tanto esfuerzo para tener tantos amigos, y resulta que nadie la consideraba la mejor amiga?".
Casi todos se acercaron un ratito a consolarla, pero se marchaban rápido, lo mismo que ella había hecho tantas veces. Y entonces comprendió que ella era buena amiga, compañera y conocida de mucha gente, pero no era amiga de verdad de nadie.
Ella trataba de no contrariar a nadie, y hacer caso a todo el mundo, pero ahora descubría que eso no era suficiente para tener amigos de verdad. Así que cuando llegó a su casa hecha un mar de lágrimas, le preguntó a su madre dónde podía conseguir amigos de verdad.

- Famina, hija - respondió la madre - los amigos no son algo que se pueda comprar con una sonrisa o unas buenas palabras. Si quieres amigos y amigas de verdad, tendrás que dedicarles tiempo y cariño. Con un amigo de verdad tienes que estar siempre disponible, en las buenas y en las malas.
- Pero yo quiero ser amiga de todos, ¡tengo que repartir el tiempo entre todos!- protestó Famina.
-Hija, tú eres encantadora -respondió su madre- pero no se puede ser amigo íntimo de todo el mundo. No hay tiempo suficiente para estar siempre dispuesto para todos, así que tus amigos de verdad sólo pueder ser unos pocos. El resto serán buenos amigos y conocidos, pero no serán amigos de verdad.
Famina se fue decidida a cambiar para tener amigos de verdad . Y cuando estaba en la cama viendo qué podía hacer para conseguirlo, pensó en su madre: siempre estaba dispuesta a ayudarla, aguantaba todos sus disgustos y problemas, siempre le perdonaba, y la quería muchísimo... ¡ eso era justo lo que hacen los amigos!. Y sonrió de oreja a oreja, pensando que ya tenía la mejor amiga que se podía desear.

14 de agosto de 2008

"sin título"

Más de 1 y de 100 son los días que hace que no me decido a escribir.
Se ha convertido en una "no costumbre".
Antes, mucho antes, solía llegar a casa y siempre (o casi siempre) dedicaba unos minutos a este deporte de juntar palabras y darle sentido. Me sentaba delante del ordenador, navegaba por las páginas de algun periódico digital, veía las actualizaciones de los "amigos" del fotolog y me paraba a pensar en algo interesante que soltar al sistema binario.

Unas veces contaba la anécdota del día, otras, las que más, mi forma de ver la vida y sobre todo cómo me sentía en ese preciso momento en que mis manos comenzaban a teclear casi sin sentido, solamente enlazando los verbos adecuados y dejando fluir el sentir de lo expresado.

Era interesante, al cabo de 4 ó 5 minutos, pararse y leer lo que acababas de escribir sin casi pensarlo. Anda! (me decía) "si hasta tiene coherencia y cierto sentido".

Ahora, no se bien por qué pero, he perdido un poco esa sana costumbre de expresarme de forma literaria.

Sigo visitando muchos blogs y leyendo lo que piensa y siente la gente, algunos amigos y otros ciberamigos o simplemente desconocidos.
Quizá ahora no sienta tanta necesidad de soltar al viento todo lo que pasa por mi cabeza, a quien coño le puede interesar, pienso.
Nunca he pretendido nada con esto de los blogs, ni mucho menos, pero en ocasiones uno se desahoga un poco lanzando al espacio algún demonio que otro, quejándose o simplemente diciendo que todo es bonito y maravilloso o lo enamorado que está.

Yo, cada vez más, me refugio en la música y desde ahí hago mi propia autoterapia.

"Desgarra con tus manos las palabras del papel
y borra de tu vida todo lo que no hace bien,
desgarra con tus manos las palabras del papel
y cura con verdades las heridas de tu piel."

(fragmento de "sin título" - canción basada en una obra de arte de la colección del CAAM)

buenas noches.