23 de febrero de 2006

A mi no me lo preguntes...

20 de febrero de 2006

Resumiendo

... que tengo una caja de la firma pandora...

(y mejor no abrirla hasta que haya pasado el tiempo...)

18 del presente mes de Febrero, un día para recordar... un par de horas que aun vuelan en la retina... un genio, un grande, un dios reencarnado pone los pelos de punta desde el primer al último segundo de un directo repleto de sensaciones...

Las palabras se quedan cortas, los adjetivos insuficientes y todo se hace nada en su presencia...

Genialmente acompañado, increible... tan joven y tan viejo...

Desde la grada alguien gritó: "No te mueras nunca!" ... espero que le haga caso.



16 de febrero de 2006

Otra perspectiva



Levanto y miro... sonrío y me gusta mi sonrisa.
Esa que, el otro día, empezó arrancándomela tu "esencia" y acabó, llena de carcajadas, horas más tarde entre un centenar de personas desconocidas que no quitaban ojo de mis risas y de la patinadora con aires barrocos. Fue genial, aire fresco, reír, a veces (siempre) hace falta...

Y una luz a lo lejos... y sensaciones en el aire, ganas de empezar mil historias nuevas, historias presentes, historias renovadas, con nuevas pinceladas, mirando, cara a cara, frente a frente... a un futuro... y darle forma, moldearlo, cuidadosamente, sin prisa, sin pausa, sin complejos, sin temores, con cabeza, con carácter, con trabajo, con calidad, con sentido, sin perder el rumbo y acostumbrarme, de una vez, a no depender de la brújula...

14 de febrero de 2006

Babosín

10 de febrero de 2006

en blanco, de cero...

8 de febrero de 2006

Good night past

5 de febrero de 2006

Cuando quieras... apágala


(...) Fue mucho después cuando la luciérnaga levantó el vuelo. Deplegó las alas como si se le hubiese ocurrido de repente. Un instante más tarde, cruzaba la barandilla y se sumergía en la envolvente oscuridad. Describió , ágil, un arco en torno al depósito, tal vez intentando recuperar el tiempo perdido. Y tras permanecer unos segundos inmóvil observando como la línea de la luz se extendía en el viento, voló hacia el sur.

Aún después de que la luciérnaga hubiera desaparecido, el restro de su luz permaneció largo tiempo en mi interior. Aquella pequeña llama, semejante a un alma que hubiese perdido su destino, siguió errando eternamente en la oscuridad de mis ojos cerrados. Alargué la mano repetidas veces hacia la oscuridad. Pero no pude tocarla. La tenue luz quedaba más allá de las yemas de mis dedos.

(fragmento del libro "Norwegian Wood" de Haruki Murakami)

3 de febrero de 2006

Cerca tan lejos...